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viernes, 20 de enero de 2012

Miedo...

Hace días que en mi mente se repite una y otra vez la misma palabra: junio. Todo es porque me da miedo el futuro incierto que se avecina. Acabaré integración social y el futuro me asusta, el no saber que va a pasar cuando acabe, miedo a si tendré o no trabajo, si seguiré o no estudiando (aunque sea totalmente diferente a lo que he hecho hasta ahora).

Ese miedo lo he tenido en dos ocasiones: al llegar a 4º de ESO dónde tenía que escoger entre bachillerato y grado medio y cuando acababa bachillerato. Entonces parece que tenía las cosas más o menos claras, en bachillerato tuve la oportunidad de pensar bien porque camino continuar. Pero nuevamente volvieron las dudas cuando pisé la universidad cuando hice la selectividad: ¿Realmente quería hacer integración social? ¿O me decantaba por el diseño gráfico? Finalmente me lancé a la piscina y tiré por TIS.

Entonces es cuando reflexiono sobre si de verdad merece la pena estudiar tanto para el mundo laboral de hoy en día, dónde sólo tienen cabida los mejores. Incluso muchas veces he pensado en dejar todo e irme a Inglaterra a probar suerte y así de paso aprender inglés. Aún así, me voy a llevar una de las grandes experiencias de mi vida. En estos casi dos años he aprendido muchísimo y me llevaré a grandes personas que se han cruzado en mi camino.

Lo único que tengo claro, es que en esta vida tarde o temprano todo llega. Y quien sabe si en un futuro me dedicaré a ser técnico en integración social o haré un cambio radical estudiando multimedia en la universidad. Por el momento, hay que esperar y aunque cueste, no temer al futuro.